Ella —Es la hora  Una voz retumbó en la oscuridad que bañaba las cuatro paredes de la celda. Abrí los ojos y, de manera instintiva, cubrí mi cuerpo para protegerme de los golpes; sin embargo, no había nadie allí dentro. Solo yo. Miré hacia la puerta y...

Las veía por mi ventana. Más hermosas que ninguna, creciendo entre la hierba de los jardines ajenos. Un anhelo anidó en mi pecho: Yo también quería una. Salí a la calle con unas tijeras, dispuesta a hacerme con alguna de aquellas preciosas flores que crecían en...

Era un lunes más, como lo habían sido todos los lunes de los últimos diez años. Sentado en el autobús, observo el teléfono que, tras un parpadeo, se sume en un letargo definitivo. Me lo guardo en el bolsillo y miro por la ventana. El...